Cómo filtrar buenos inquilinos para tu local comercial sin sentirte el malo de la película

Carlos Calderón · 18 Nov 2025

Alquilar un local comercial no es solo “poner un cartel” y firmar un contrato con quien llegue primero. Estás poniendo en juego tu patrimonio, tus ingresos y, muchas veces, parte de tu tranquilidad. El problema es que, cuando empiezas a hacer preguntas o a pedir papeles, puedes sentir que estás siendo demasiado duro o que quedas como “el malo de la película”.

La realidad es justo la contraria: si filtras bien, proteges tu inversión y también evitas que alguien se meta en un negocio que no puede sostener.

¿Por qué es tan importante elegir bien al inquilino de tu local?

Cuando alquilas un local, no solo buscas llenar un espacio vacío. Buscas un inquilino que pague a tiempo, cuide el inmueble y tenga un negocio con posibilidades reales de funcionar. Un impago alquiler local comercial no solo te deja sin renta; también te obliga a asumir gastos fijos, impuestos, comunidad, posibles reparaciones y, en el peor caso, un procedimiento de desahucio que se puede alargar meses.

Además, en locales comerciales el riesgo tiene matices diferentes a la vivienda. Muchas actividades implican más desgaste (hostelería, peluquerías, comercios con maquinaria), horarios amplios, reformas importantes y mayor exposición a problemas con vecinos o comunidades.

Por eso, tomarte en serio el proceso de selección no es desconfianza, es gestión responsable. Saber cómo elegir inquilino para local comercial te ayuda a dormir más tranquilo y a garantizar que tu inversión tenga sentido a largo plazo.

Cómo elegir inquilino para local comercial

Entender cómo elegir inquilino para local comercial es más sencillo si lo conviertes en un método, no en una decisión “a ojo”. Si sigues una secuencia clara (anuncio, primera criba, visitas, documentación y decisión final), reduces el peso de la intuición y te apoyas en hechos. Así no eres tú “siendo malo”, sino tú aplicando un criterio objetivo que ya tenías definido de antemano:

Atrae desde el principio al perfil que te interesa

El filtrado empieza antes de conocer a nadie. Un anuncio claro, honesto y bien planteado ya actúa como primer filtro. Indicar la renta, la fianza, el tipo de actividad que encaja mejor y las condiciones mínimas que pedirás ayuda a atraer a quien realmente puede encajar.

Si dejas desde el principio algunas pinceladas de qué pedir a un inquilino de local (por ejemplo: “se solicitará solvencia demostrable y seguro de responsabilidad civil”), evitas sorpresas después. Muchos propietarios solo se dan cuenta de que debieron ser claros cuando ya tienen encima a un candidato insistente pero poco solvente. Cuanta más transparencia ofrezcas, menos malentendidos habrá.

Primera criba: llamadas y mensajes que dan muchas pistas

El primer contacto, ya sea por teléfono, correo o mensajería, es ideal para una pequeña entrevista informal. Aquí no se trata de pedir todavía la documentación inquilino local comercial, sino de entender quién tienes delante y qué pretende hacer con el local.

En esta fase puedes preguntar, con naturalidad:

  • A qué se dedica la persona o la empresa.
  • Qué tipo de negocio quiere montar.
  • Si ha tenido otros negocios antes y cómo le ha ido.
  • Por qué le interesa precisamente tu zona.

Más allá de las respuestas concretas, fíjate en el tono, en si respeta los horarios de llamada, en cómo responde a lo que ya dejaste claro en el anuncio. La forma en la que te trata ahora dice mucho de cómo será la relación cuando haya un problema con una reparación, una subida de renta o un retraso puntual.

impago alquiler local comercial

Visitas al local: más que enseñar el espacio

La visita no es solo enseñar metros y explicar si pasa la salida de humos. Es un momento clave para observar comportamientos. Verás si el candidato llega puntual, si viene solo o acompañado, si se interesa de verdad por las condiciones del contrato y por la comunidad, o si solo habla de “tirar paredes” y “ya veremos luego”.

Te interesa alguien que pregunte por:

  • Gastos de comunidad, IBI, licencias y permisos necesarios.
  • Situación de suministros, estado de la instalación eléctrica, posibles obras recientes.
  • Plazos de contrato y revisiones de renta.

Ese tipo de preguntas hablan de alguien que se toma en serio el negocio. Si, en cambio, escuchas frases como “ya firmamos y luego lo vemos” o “si no funciona, lo dejo y ya está”, son señales de que ese negocio quizá no esté tan meditado. Y cuanto más improvisado sea el proyecto, más riesgo hay de que termine en impago o en cierre prematuro.

Qué pedir a un inquilino de local sin pasarte… ni quedarte corto

Tener claro qué pedir a un inquilino de local es la mejor vacuna contra la sensación de estar pidiendo “demasiadas cosas”. Cuando los requisitos están definidos y explicados desde el principio, dejan de depender de tu estado de ánimo y pasan a ser parte del proceso estándar. Así, quien no quiera aportar información, simplemente no encaja en tu perfil de inquilino.

Como base, la legislación española, y en concreto la Ley 29/1994, de Arrendamientos Urbanos, exige una fianza para los contratos de arrendamiento de fincas urbanas destinados a vivienda o a usos distintos del de vivienda, como es el caso de la mayoría de locales comerciales. A partir de ahí, es habitual que pactes garantías adicionales (más meses de depósito, aval bancario, fiadores solidarios o un seguro específico).

Reformas posteriores, como el Real Decreto-ley 7/2019, de 1 de marzo, han introducido límites a ciertas garantías adicionales en los contratos de vivienda, lo que refuerza la importancia de revisar siempre la normativa vigente y distinguir bien entre vivienda y uso distinto al negociar las condiciones de tu contrato. Lo importante es que todo esté por escrito y que cada requisito tenga sentido: no pides por pedir, pides para asegurarte de que el inquilino puede sostener el negocio y cumplir sus compromisos.

En la práctica, un buen enfoque es combinar tres tipos de elementos: ingresos demostrables, historial razonable y garantías adicionales. Si la persona cliente entiende que no estás desconfiando de ella, sino protegiendo ambas partes, la conversación resulta mucho más fluida.

Antes de decir que sí: documentación y verificación

La parte clave de cómo filtrar inquilinos local comercial llega cuando pasas de “me cae bien” a “voy a comprobar si puede pagar”. Este paso no es una falta de confianza, es una práctica normal y alineada con cómo funciona el mercado profesional.

cómo filtrar inquilinos local comercial

La documentación inquilino local comercial que conviene pedir cambia según el tipo de candidato:

  • Si es autónomo, suele ser razonable solicitar últimas declaraciones de IVA o IRPF, justificantes de ingresos recurrentes y, si está iniciando actividad, un plan mínimo de negocio y algún ahorro acreditado.
  • Si es una pyme o sociedad, tiene sentido pedir cuentas anuales recientes, informe de riesgos bancarios si lo hay y escritura de poderes de quien firma.
  • Si se trata de una franquicia, deberías ver el contrato con la central, la experiencia previa del franquiciado y, sobre todo, quién responde realmente de la renta (persona física, sociedad o la propia franquicia).

También puedes valorar informes de solvencia y certificados que confirmen que no hay deudas relevantes, siempre con el consentimiento del interesado y respetando la normativa de protección de datos. Tener claras estas reglas por adelantado evita que, al pedir papeles, sientas que estás improvisando o siendo caprichoso. Estás aplicando un procedimiento pensado precisamente para proteger tu local.

Cuando expliques esto, puedes presentarlo como parte de un método serio de selección, no como un interrogatorio personal. Incluso puedes adelantárselo por correo antes de la visita, para que llegue preparado. De ese modo, si alguien se niega a facilitar información básica, la propia negativa ya es un filtro en sí misma.

El plan B cuando algo se tuerce: el valor del seguro de impago

Por muy bien que filtres, nunca tendrás un riesgo cero. Un negocio puede verse afectado por una crisis en el sector, un problema de salud, una separación o simplemente una mala racha de ventas. Ahí es donde haber hecho los deberes al elegir inquilino y, además, contar con un respaldo extra marca la diferencia.

Si te preocupa especialmente el impago alquiler local comercial, puedes apoyarte en un producto específico como un seguro de impago de alquiler para locales. Este tipo de pólizas no solo pagan las rentas que el inquilino deja de abonar, dentro de los límites contratados; también suelen incluir defensa jurídica, gestión de desahucios, reclamación de cantidades y, en ocasiones, cobertura frente a daños intencionados en el local.

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Cuando alquilas a sociedades o a pymes, encaja muy bien la idea de un seguro de impago de alquiler para empresas que se adapte a la realidad del negocio y te permita seguir cobrando mientras se resuelve el conflicto. Otra ventaja importante es que, para aceptar al inquilino, la aseguradora hace su propio análisis de solvencia. Es como tener una segunda opinión técnica sobre el candidato, basada en datos y no solo en sensaciones.

Trabajar con una correduría especializada, como Tres Mares, te ayuda a ajustar las coberturas a tu caso concreto, a valorar qué franquicias o plazos tienen sentido y a entender en qué situaciones entraría en juego el seguro y en cuáles no. Así, combinas filtros previos bien diseñados con una red de seguridad sólida.

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