5 situaciones en las que tu seguro a todo riesgo te dejará tirado (y cómo salvar el día)

Carlos Calderón · 22 Jul 2025

Creemos que el “todo riesgo” lo cubre todo… hasta que llega el golpe y descubrimos la letra pequeña. Tranquilo: no eres el primero. En la práctica, estas pólizas protegen muy bien tu coche, pero hay exclusiones y matices que pueden dejarte sin ayuda justo cuando más la necesitas.

Aquí te cuento 5 escenarios reales en los que un seguro a todo riesgo suele decir “hasta aquí”, y al final verás cómo un seguro por días puede ser tu red salvavidas cuando las circunstancias no encajan en la póliza anual.

1) Conduces bajo los efectos del alcohol o drogas

Conducir habiendo bebido alcochol

La realidad: la mayoría de aseguradoras excluyen los siniestros si el conductor supera la tasa de alcoholemia o da positivo en drogas. Da igual que sea a todo riesgo, con o sin franquicia: no habrá cobertura (ni daños del coche, ni defensa, ni indemnizaciones) porque se considera infracción grave.
Qué sí puedes hacer: cero atajos. Si saldrás y hay riesgo de beber, deja el coche en casa o usa transporte alternativo. Tu “todo riesgo” no es un salvoconducto.

Extra tip: también pueden excluir siniestros si conduces sin carnet, sin puntos o con el permiso retirado. Y ojo a la ITV caducada: algunas pólizas no cubren si la falta está relacionada con el accidente (por ejemplo, un fallo mecánico que la ITV habría detectado).

2) Conductor no declarado, edad o antigüedad del carnet

La realidad: muchas pólizas a todo riesgo incluyen restricciones por edad (p. ej., menores de 25) o antigüedad del permiso (menos de 2 años). Si al volante iba alguien no declarado que entra en esos rangos, pueden negarte la cobertura o aplicar franquicias/capitales diferentes.
Ejemplo típico: le prestas el coche a tu sobrino recién sacado el carnet para “un recado rápido”… y ocurre un golpe. La aseguradora revisará quién conducía y qué se declaró en la póliza.

Qué sí puedes hacer: si hay conductores habituales jóvenes o noveles, declararlos en la póliza (aunque suba un poco la prima). Saldrá más barato que un siniestro no cubierto.

3) Daños por uso indebido, competición o circuito

Conducción en circuitos

La realidad: el “uso normal” del vehículo es una condición clave. Actividades como tandas en circuito, competiciones, pruebas de velocidad o off-road no autorizadas suelen estar excluidas.
Matiz importante: incluso sin competir, rodar en un circuito puede considerarse uso fuera de cobertura si la póliza no lo contempla expresamente.

Qué sí puedes hacer: si te gusta el track day, explora coberturas específicas para circuito. Si haces off-road, comprueba si tu póliza lo permite y en qué condiciones.

4) Accesorios y modificaciones no declarados

La realidad: llantas, equipos multimedia, techos solares instalados a posteriori, suspensiones, vinilados… Si no son de serie y no los has declarado, no estarán cubiertos. Y, si te los roban o se dañan en un siniestro, la compañía puede indemnizar solo el vehículo de serie.
Qué sí puedes hacer: comunica a tu corredor cualquier accesorio o mejora para que conste en póliza. No es “pagar por nada”: es comprar seguridad para lo que de verdad vale tu coche.

5) Averías por desgaste o falta de mantenimiento

Qué sí puedes hacer: llevar al día revisiones, ITV, neumáticos y mantenimiento preventivo. Si te preocupa la mecánica, valora garantías mecánicas o contratos de mantenimiento aparte.

La realidad: el seguro no es un contrato de mantenimiento. Averías mecánicas, roturas por desgaste (embrague, correas, pastillas, batería), fallos por mal estado de los neumáticos o líquidos desatendidos no están cubiertos por tu a todo riesgo.
Ejemplo típico: se rompe la correa y destroza el motor. ¿Seguro a todo riesgo? No aplica: es mecánica, no un siniestro accidental.

Bonus: otras situaciones que suelen dar problemas

  • Negligencia grave o dolo: dejar el coche abierto con las llaves puestas, falsear un parte, simular un robo… puede dejarte sin cobertura.
  • Uso profesional no declarado: si el coche trabaja (reparto, VTC, autoescuela) y no está declarado como tal, exclusiones a la vista.
  • Cargas mal sujetas: los daños a terceros por caída de carga o los daños propios derivados de mala estiba pueden no estar cubiertos si no cumples normativa.
  • Catástrofes extraordinarias: en España las compensa, en su caso, el Consorcio de Compensación de Seguros, con requisitos y franquicias propios. Tu aseguradora gestiona, pero no todo lo paga el “todo riesgo”.

Entonces… ¿el todo riesgo no compensa?

Sí compensa para muchísimos escenarios: golpes propios, robo, lunas, incendio, fenómenos naturales (según póliza), defensa jurídica… Es una gran protección. Pero no es ilimitado. El problema no es el “todo riesgo”; es confiarse sin entender qué no cubre.

Para evitar sustos:

  • Lee las exclusiones (dos veces si hace falta).
  • Declara conductores, usos y accesorios.
  • Mantén el coche al día (mecánica + ITV).
  • Pregunta a tu corredor ante cualquier duda “gris”.

¿Y si tu póliza no encaja en lo que necesitas hoy? Entra el seguro por días

Hay momentos en los que no te compensa tocar tu póliza anual (o ni siquiera la tienes todavía), y necesitas cubrirte de forma puntual. Ahí es donde los seguros por días se vuelven tu mejor aliado:

¿Cuándo tiene sentido un seguro por días?

  • Conductor ocasional no declarado: viene tu hermano el fin de semana y va a usar tu coche. En lugar de modificar la póliza anual, cúbrelo por 1–28 días.
  • Coche recién comprado y aún estás cerrando la póliza definitiva.
  • Coche parado gran parte del año (segunda residencia, clásico), pero vas a moverlo unos días.
  • Viaje puntual: vas a salir al extranjero y tu póliza tiene limitaciones de territorio o asistencias.
  • Vehículo prestado o alquilado entre particulares: quieres RC y daños puntuales sin rehacer contratos complejos.
  • Vehículos específicos (furgón, autocaravana, remolque) que solo usas por un periodo corto.
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Ventajas claras

  • Flexibilidad total: 1 día, un fin de semana, una semana… lo que necesites.
  • Contratación rápida: online, sin papeleo infinito.
  • Precio ajustado: pagas solo por el tiempo de uso, ideal si el coche no circula a diario.
  • Sin tocar tu póliza anual: evitas recargos por introducir conductores jóvenes o cambios temporales que no te interesan.

Cómo encajar ambas piezas (y que no te dejen tirado)

Piensa tu cobertura como un sistema modular:

  1. Tu todo riesgo bien configurado para el uso habitual del coche (conductores declarados, accesorios incluidos, mantenimiento al día).
  2. Seguros por días para picos puntuales que la póliza anual no cubre bien o encarece: conductor extra, viajes, vehículos específicos, periodos de uso esporádico.

Así te aseguras de tener siempre la cobertura adecuada, sin pagar de más ni quedarte descubierto por confiarte.

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